El papel del CIO ha cambiado mucho en los últimos años. Hoy en día se puede decir que el 99% de los empleados, sino el 100%, son usuarios de tecnología, -ya sea en su vida personal o profesional-; con más o menos pericia. De hecho, muchos de estos empleados, -la mayoría millennials o nativos digitales-, son verdaderos ‘geek’, es decir, expertos en tecnología, que además la consideran como un hobbie fascinante.
En este escenario digital en el que todo el mundo tiene algo que decir, la tecnología ha pasado de ser el nicho del CIO a un elemento que se está democratizando, y el CIO debe ser el encargado de liderar esta democratización dentro de la empresa. “Si un empleado necesita hacer algo y no tiene los medios necesarios, él mismo se los va a buscar. Por este motivo, cada vez más trabajadores utilizan herramientas que exceden al control del CIO”, dijo Esther Málaga, CIO de Ferrovial. “Ya no somos directores de una orquesta sinfónica, donde los instrumentos entran de manera ordenada, sino de un grupo de jazz donde existen improvisaciones y actores imprevistos”. En otras palabras, los CIO se han convertido en “gestores de entornos de cocreación”.
A pesar de estar a favor de las especializaciones y reconocer la conveniencia de que existan nuevos perfiles, Málaga reconoció que “a veces las empresas piensan en llenar la compañía de titulillos como CDO, CTO,… -y el último que he escuchado: CBO (Chief Blockchain Officer)-, lo que puede producir una sobrecarga que más que aportar valor, crea confusión”. La primera pregunta que se deben hacer las compañías para poner sentido en el caos es “¿para qué hacemos las cosas?”. Es esencial entender qué necesitan nuestros negocios y que toda la compañía reme a favor de ello, “incluido TI, que ya no son vistos como los frikis que van por libre”.
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